Tuesday, June 27, 2006

El Ché en Bolivia
El Ché Ribeiro disfruta de un invierno en lo alto de Bolivia. Me lo acaba de decir èl mismo hace un minuto en un saludo por el messenger.
Allá ha instalado su vida. Allá se sienta ahora a contemplar el paisaje, y así se mira en la imagen de su Display acompañado de su perro.
Y acá, en el norte del continente, nos volvemos casi huevos fritos en la calle; en espera de un domingo de casi cincuenta grados centígrados donde saldremos a votar a las casillas gratis. Gratis aunque cada voto valga casi un infarto (para los candidatos, claro) y también un costo muy alto para nuestra economìa ... ¿cual?
Saludos, Ché Ribeiro.

6 comments:

Glenda said...

el buen ché...
lo extraño.
tendré que ir a visitarlo. ; )

jose fá said...

Lo conocí en San Luis Río Colorado, qué curioso ¿por qué encontrarlo tan al norte?. Estaba con abigael, fue en 1995... después miré vivo a Humberto por última vez.

Pina said...

Cierto. Hay que que ir a vistarlo al mismo cielo, Glenda; digo, muy cerca del cielo de Bolivia.

Y, cierto, Fita: aquella vez compartimos las horas del Encuentro Binacional de las Literaturas en San Luis. Pensar que reímos tanto con Abigael; que allí probé los mojitos cubanos sin tener que ir a La Habana y con éstos me quedé un rato casi como tu perro, el Happy. Pensar que de esas dos tardes tomaste un autobús rumbo a un Humberto que no existe y quien no sabe cuánto vive en tantas cosas, tanto tiempo, y de qué manera!. Pensar que todo este puñado de recuerdos son dignos de quedar en un cortometraje, bajo la dirección de la Glenda o del Ché, que ahora está en Bolivia.

Saludos a este trío en este juego de latitudes y recuerdos.

jose fá said...

Cuarteto (ahora de cinco). Allí le hablé a Abigael de Emma, "largo y tendido". Sí, de verdad la pasamos bien. Allá conocí "El Zacazonapan" que Xavier Velasco mencionó... Pinche vida, qué redondita y pequeña es...

Pina said...

Cierto. También esa vez estuvo Raquel Huerta en San Luis y dedicó una edición de Cocodrilo Poeta a los poetas de Sonora.
Y también presenciamos el ensayo de Quechilontzin Stranger, que dirigía el propio Abigael.
Qué año ese!, depués viajé a Europa, y fue cuando le traje al Abigael un rosario de Roma.
Como el resto de los "beneficiados", Abigael falleció ese año. Todos a quienes les trajimos ese rosario "bendito" del Vaticano... ese 1995.

víctorhugo said...

la bestiapeluda del che.

abrazos viejo.