"Al ver entonces lo que yo soñaba,

dirás de mi errabunda poesía:

era triste, vulgar lo que cantaba...

mas, ¡qué canción tan bella la que oía!".

Gutiérrez Nájera.

fue una fecha como hoy -es decir, un 12 de febrero- y nunca lo supiste, querido apá, pero ese jueves amanecí soñando que llegabas feliz a tu destino y te vi bailando como Fred Astaire, a pesar de que mi subconciente me recordaba que ya sólo poseías una pierna para esa o cualquirer actividad.

en la claridad del sueño vi flamante a El Poderoso, aquel Dodge Coronet 64 que antaño nos causó tantos bochornos en nuestra nada singular adolescencia.

el hecho es que jamás amanecí antes tan plena de un sueño. te vi tan feliz que casi di gracias divinas por tener la fortuna de sentirte así de contento -aunque jamás te vi infeliz en la vida, lo sabes- lo cual me dejaste como herencia. ésa, como la de aprender a tomar, gustar y llegar a ser fanática del café.

pero jamás hubiera imaginado siquiera que tú llegarías finalmente ese jueves doce de febrero a tu destino... ojalá realmente haya sido tan feliz como lo vi en el sueño -lo cual sí creo-. si lo puedes percibir, espero veas que también tu bienamada hija lo es, y en grado superlativo.

un beso, apá. y dile a mi amá que estos once años de ausencia de ustedes, son el tiempo en que hemos sentido mayor protección desde ahí, donde ustedes han logrado un espacio a pulso y por derecho de antigüedad... supongo... o quiero suponer